La Terapia Cognitiva en niños y adolescentes es el uso de técnicas cognitivo comportamentales, para acompañar en el crecimiento y desarrollo a los niños y adolescentes brindando una forma de entender el mundo que les rodea.

La Terapia Cognitiva puede ayudar a cambiar la forma como piensa el niño y adolescente  y por lo tanto  como actúa. Estos cambios pueden ayudar a encontrar el equilibrio emocional,  para  resolver los problemas y dificultades del “aquí y ahora”.

El terapeuta trabaja con el niño y su familia,  a través de fichas de trabajo, gráficos, metáforas, historietas, para realizar una adecuada conceptualización del caso, reforzar el trabajo psicoeducativo con el paciente a través de un lenguaje adaptado a su nivel evolutivo y para el desarrollo y entrenamiento en habilidades necesaria para lograr los cambios terapéuticos.  El trabajo se divide en tres partes: comprender el problema, solucionar el problema, mantener las soluciones.

El postulado fundamental de la Terapia Cognitiva es que los pensamientos ejercen una influencia en las emociones y la conducta. Se considera que los individuos responden al significado adjudicado a las situaciones, más que a los eventos mismos. Esto  equivale a decir que cada uno interpreta los acontecimientos en un diálogo interior, estos pensamientos, y no los hechos reales, son los que podrían determinar el estado de ánimo. Este tipo de pensamiento se llaman distorsiones cognitivas.  El objetivo de la Terapia Cognitiva se centra en la flexibilización de los modos patológicos del procesamiento de la información, ya que las interpretaciones rígidas de las situaciones son las que dificultan su resolución.

En la niñez el comportamiento está multideterminado por diferentes factores (biológicos, genéticos, interpersonales y ambientales) que interactúan contribuyendo al desarrollo patológico. Sin embargo la intervención sobre el procesamiento individual de la información, presenta importante incidencia sobre las manifestaciones emocionales y comportamentales.

Los procesos cognitivos son condicionados por creencias subyacentes que los individuos mantienen acerca de sí mismos, el mundo y el futuro. Estas creencias tácitas o esquemas son construidos a lo largo del desarrollo y funcionan como lentes que guían la percepción recuperación y procesamiento de la información. Cuando la respuesta emocional o conductual de un niño a un evento es desadaptativa (es decir, inapropiada dada la naturaleza del evento o produce un deterioro en su funcionamiento social) se presume la injerencia de déficits en sus habilidades conductuales o distorsiones en las creencias y procesos cognitivos resultantes.

La terapia cognitiva, se realiza con el niño /adolescente y su familia, porque es el sistema familiar el que se encuentra involucrado tanto en el problema como en su resolución.

Objetivos

  • Trabajar con la familia y garantizar una participación de la problemática del niño o adolescente.
  • Estimulación cognitiva y de las emociones
  • Resolución de conflictos
  • Flexibilizacón en la resolución de problemas
  • Analizar los pensamientos que influyen en las emociones y la conducta
  • Fortalecimiento de habilidades sociales
  • Ayudar en la comprensión y respeto de pautas o límites
  • Estrategias de regulación de la conducta
  • Estrategias para la regulación de la ansiedad o la angustia
  • Mejorar la calidad de vida, la autonomía y el bienestar psicológico de los pacientes

Población: Niños o adolescentes con:

  • Ansiedad
  • Depresión
  • Impulsividad
  • Trastornos de Conducta
  • Trastornos por déficit de Atención con hiperactividad
  • Trastornos del Lenguaje
  • Síndrome de Asperger
  • Trastorno del Espectro Autista
  • Discapacidad Intelectual
  • Trastornos genéticos: Síndrome de Down,  X Frágil
  • Dificultades de aprendizaje